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Hoy día se celebra no sólo el rico sabor de la cerveza de Irlanda o el verdor de su paisaje. Sobre todo se conmemora a un gran santo que por su trabajo misionero llegó a ser el patrono del país, el Iluminador de Irlanda.

San Patricio nació alrededor del año 385 en el pueblo de Bannavem Taberniae, el cual podría haberse ubicado en Gales. Cuando Patricio tenía 16 años, esta región fue asaltada por piratas. Lo tomaron cautivo y lo trajeron a Irlanda, donde tuvo que trabajar como pastor de cerdos en una montaña. Durante su esclavitud, Patricio alcanzó un buen nivel en el irlandés, lo cual más tarde le sirvió mucho en su trabajo misionero.

Durante los 6 años que pasó en la montaña, Patricio se dedicó a rezar. Por eso, tuvo dos visiones. La primera le mostró que iba a volver a su tierra. La segunda le indicó que el barco yo lo estaba esperando. Entonces Patricio caminó 200 millas (322 kilómetros) hasta la costa y allí se embarcó rumbo a Bretaña.

Luego estudió en el seminario de Auxerre en Francia bajo San Germano. Con el tiempo fue consagrado obispo y fue mandado como misionero a Irlanda. Entonces un ángel le vino en un sueño con varias cartas. Cuando Patricio escogió una que decía “la voz de los irlandeses” oyó al pueblo suplicándole que regresara.

Patricio llegó a Irlandia alrededor del año 435. Aunque no fue el primero o el único misionero allí, tuvo más influencia y éxito que todos los demás en difundir el Evangelio de Cristo. Estableció muchas iglesias y monasterios. Pero convertir al pueblo irlandés no fue nada fácil. Había mucha hostilidad y él fue asaltado varias veces porque era extranjero y antiguo esclavo. No obstante, Patricio se mantuvo fiel a su vocación y bautizó a mucha gente.

En sus escrituras, se describe como “pecador” “el más ignorante y el que menos cuenta”, alguien “despreciado por muchos”. Por eso, atribuye su éxito misionero a Dios en vez de a sus propios talentos. Dice:

“le debo a la gracia de Dios que a través de mí tanta gente ha renacido en Él.”

Cuando estableció la sede episcopal en Armargh en 444, Patricio ya tenía otros obispos que le ayudaban, aparte de muchos sacerdotes y diáconos nativos.

En muchas representaciones San Patricio sale con un trébol porque lo ocupó para explicar la Santa Trinidad. Igual que las tres hojas empiezan en un solo tallo, Dios es uno en tres Personas.

San Patricio se durmió en el Señor el 17 de marzo de 461, o de 492 según ciertas fuentes. Que su memoria sea eterna y que su vida sea un ejemplo para los que luchan por la fe en tierras no tradicionalmente ortodoxas. Al mismo tiempo, durante esta época de la Gran Cuaresma, San Patricio nos recuerda que toda la vida humana es un viaje por tierra ajena y por lo tanto una oportunidad de dar testimonio de Cristo. Si queremos aprovechar de esta oportunidad, tenemos que reconocer tanto nuestra posición física en este mundo—nuestra esclavitud—como nuestra posición espiritual en la edad venidera—nuestra “extranjeridad” para con la vida terrenal.